INVESTIGACIÓN CIENTÍFICA

LA CARA RESPIRA

Los sentidos son nuestros mecanismos de comunicación. A través de ellos percibimos, ponemos en contacto lo interno con el mundo externo, ejecutamos nuestras necesidades básicas, … En definitiva, nos desarrollamos y relacionamos con el entorno y con nosotros mismos gracias a nuestros sentidos.

Si bien la vista es el sentido más desarrollado en el ser humano, no es así en su inicio. La visión del recién nacido es todavía poco precisa. En cambio, el sentido del olfato es muy bueno y son capaces de arrastrarse hacia el pecho de la madre, guiados por el olor de la leche materna. De hecho, el centro olfatorio del cerebro se forma al comienzo del desarrollo fetal.

Dejemos el sentido del olfato para otro día y centrémonos hoy en su receptor facial; la nariz. La nariz, más allá de albergar la capacidad de oler los mejores aromas y las más nauseabundas pestilencias, nos permite algo todavía más importante para nuestra supervivencia. Nos permite respirar.

La respiración es nuestro sostén primordial. Podemos sobrevivir varios días sin agua o comida, pero no podemos pasar más de pocos minutos (y diría que este “plural” es sólo para los más entrenados) sin respirar.

En la respiración encontramos el ritmo de la energía que toda vida emite. Aquellos que dedican gran parte de su tiempo a la meditación aseguran que a través de la respiración conectamos con nuestra verdadera esencia, nuestro ser superior, nuestro ritmo personal e incluso con “otras realidades”. Respirar lenta y controladamente se ha usado durante siglos para promover la calma mental y suprimir la excitación excesiva que provocan los ataques de ansiedad y de pánico. Pero qué bases fisiológicas y neuronales hay de la relación entre respiración y actividad cerebral. ¿Es realmente útil entrenar nuestra respiración para sentirnos en mayor equilibrio?, ¿o es una “fumada” del gurú de turno?

La investigación sobre la respiración lenta y alterna yóguica determina que mejora el equilibrio simpático-vagal, la variabilidad de la frecuencia cardiaca y la salud cardiovascular (Pal, Agarwal, Karthik, Pal y Nanda (2014) y también nuestra atención, como publicó Medical Science Monitor Basic Research donde los participantes de la investigación de Telles, Verma, Sharma, Gupta y Balkrishna (2017) mejoraron su desempeño en un test atencional tras ejercitar este tipo de respiración.

Scientific Reports reveló que los cambios en la respiración afectan la dinámica cortical (Girin et al., 2021) y Herrero, Khuvis, Yeagle, Cerf y Metha (2017) sugieren que la respiración puede actuar como un principio jerárquico organizador de las oscilaciones neuronales en todo el cerebro.

Los cambios en la respiración pueden provocar cambios en la morfología facial al igual que la forma de la base de la nariz parece depender del desarrollo de nuestros incisivos. Para que luego vengan a proclamar relaciones psicológicas de las distintas partes del rostro sin tener en cuenta su relación con el resto de éstas… Todo está interconectado en el rostro y del rostro con los sistemas principales para nuestra supervivencia.

Respirar conscientemente nos permite mirarnos, reconocernos, entendernos. Respirar conscientemente significa equilibrio, significa paz, significa aceptar. Respirar conscientemente nos conecta con la vida, con nuestro yo en el momento presente.

Hablaremos más de ello. De momento, respiremos.

Referencias:

  • Girin, B., Juventin, M., Garcia, S., Lefèvre, L., Amat, C., Fourcaud-Trocmé, N. & Buonviso, N. (2021). The deep and slow breathing  characterizing rest favors brain respiratory‐drive. Scientific Reports, 11: 7044. doi:10.1038/s41598-021-86525-3
  • Herrero, J.L., Khuvis, S., Yeagle, E., Cerf, M. & Mehta, A.D. (2018). Breathing above the brain stem: volitional control and attentional modulation in humans. Journal of Neurophysiology, 119: 145-159. doi:10.1152/jn.00551.2017 
  • Pal, G.K., Agarwal, A., Karthik, S., Pal, P. & Nanda, N. (2014). Slow yogic breathing through right and left nostril influences sympathovagal balance, heart rate variability, and cardiovascular risks in young adults. North American Journal of Medical Sciences, 6(3), 145.doi:10.4103/1947-2714.128477
  • Zaccaro, A., Piarulli, A., Laurino, M., Garbella, E., Menicucci, D., Neri, B. & Gemignani, A. (2018). How Breath-Control Can Change Your Life: A Systematic Review on Psycho-Physiological Correlates of Slow Breathing. Frontiers in Human Neuroscience, 12, 353doi:10.3389/fnhum.2018.00353