INVESTIGACIÓN CIENTÍFICA,  NEUROLOGÍA

TU CARA NO ME SUENA

La Prosopagnosia o Agnosia Facial es un trastorno neurológico que discapacita el reconocimiento facial, por ello se la conoce también como la “ceguera facial”.

Las personas que la padecen saben que están viendo caras pero, debido a cierta lesión o atrofia del lóbulo temporal del hemisferio derecho, no se realizan las asociaciones necesarias entre áreas visuales y de la memoria que perfiten la identificación.

Por ello, las personas deben hacer “deducciones” basadas en otras variables como son el color de pelo, la voz, accesorios como las gafas o piercings para reconocer las caras de sus allegados y conocidos. Esta compensación se hace de forma inconsciente y los propios afectados a menudo desconocen que tienen esta condición.

Reconocer el rostro y todas las emociones e información inconsciente que se expresa en él, ha sido imprescindible para una evolución de la especie exitosa; gracias a esto sabemos si una persona pertenece o no a nuestro grupo de apoyo, así como podemos valorar las emociones e intenciones de los demás. Por lo tanto, ha sido de especial importancia para la empatía, la cooperación y el sentimiento de grupo y pertenencia.

Se estima que aproximadamente casi un 2% de la población mundial sufre este trastorno en mayor o menor grado (algunas referencias apuntan que incluso podría ser un porcentaje mayor, alrededor del 3%), es una alteración poco conocida. Además, como mencionaba anteriormente, las compensaciones inconscientes que hacen los que la padecen para reconocer a las personas conocidas hace que ni ellos mismos vayan al neurólogo a revisar su condición.

En casos graves, la persona no reconoce su propio rostro, pero eso es mucho más inusual y los casos que encontramos son mucho más leves y llevaderos, por lo cuál la persona puede llevar a cabo una vida normal.

No obstante, si hay cierta afectación, pues los humanos tendemos a ver rostros hasta donde no los hay. Vemos rostros en las nubes, en manchas, en frutas… Este fenómeno se llama Pareidoia Facial y sucede cuando se activan áreas visuales y memorísticas que permiten el reconocimiento de caras.

Famosos como Brad Pitt o Steve Wozniak padecen esta dolencia. El neurólogo Oliver Sacks, quien escribió sobre este transtorno neurológico en su libro “El hombre que confundió a su mujer con un sombrero”, también padecía esta ceguera facial.

También se ha hipotetizado si esta condición es uno de los pilares de los trastornos del espectro autista (TEA), pero parece que se trata de discapacidades distintas. En un estudio reciente de Kamensek, Susilo, Iarocci y Oruc (2023) las personas con TEA mostraron una heterogeneidad continua y graduada, en lugar de categórica, abarcando una variedad de habilidades de procesamiento facial, incluidas muchas con déficits leves a moderados, lo que es inconsistente con una descripción de un subtipo prosopagnósico. Los autores sugieren que los orígenes patogénicos de los déficits faciales para al menos algunas personas con TEA difieren de los de las personas con prosopagnosia del desarrollo.

La Prosopagnosia es sin duda una de las patologías más curiosas para la investigación científica relacionada con el código facial. De bien seguro las áreas relacionadas con la atención, con la sociabilidad deberán mostrar ciertas alteraciones y con la integración hemisférica, aunque esto es algo aún por estudiar.


(A la izquierda el neurólogo Oliver Sacks)

Referencias científicas: